Según un estudio de Fundación ONCE y Fundación AXA
Redacción
En España, el 20% de los adultos se sienten solos y el 13,5% sufre soledad crónica, desde hace dos o más años, aunque el porcentaje entre las personas con discapacidad es 30 puntos superior, con un 50,6%. Además, incide más entre las mujeres con discapacidad que en los hombres, con un 54,3% frente al 45,7%.
Así lo recoge el ‘Barómetro de la soledad no deseada en España 2024’, elaborado por Fundación ONCE y Fundación AXA, dentro del Observatorio Estatal de la Soledad No Deseada, que se ha presentado en un acto conducido por el director general de Servimedia, José Manuel González Huesa, celebrado en la sede de Por Talento Digital, de Fundación ONCE, y en el que participó el ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy.
El director del estudio, Raúl Ruiz, de Fresno, the right link, que actualiza el presentado en 2015 y 2022, explicó que habían realizado dos mil entrevistas telefónicas y que la soledad se vive «con más virulencia» entre los jóvenes de entornos rurales y las personas mayores de entornos urbanos, y que las mujeres se sienten más solas que los hombres.
El propósito del informe es «identificar la incidencia de la soledad no deseada, indagar en las posibles causas o correlaciones y conocer la opinión de la población sobre el fenómeno del aislamiento involuntario».
El estudio concluye que el del aislamiento involuntario es «un problema persistente», puesto que dos de cada tres personas confiesan convivir con ella desde hace más de dos años y un 59%, desde hace más de tres.
SIETE DE CADA DIEZ HA SUFRIDO SOLEDAD
Incluso las personas que dicen no sentirse solas han experimentado este sentimiento alguna vez (63%), por lo que, según Ruíz, «siete de cada diez personas han sufrido soledad no deseada en alguna etapa de su vida» y, teniendo en cuenta la intensidad, casi la mitad de la población (49,3%) la padece o la ha sufrido «de manera intensa en el pasado».
Pese a ello, la soledad «tiene solución en muchos casos», como demuestra el hecho de que hay quien se ha sentido solo en algún momento de su vida, pero no en su situación actual.
La soledad es «algo más frecuente» en las mujeres (21,8%) que en los hombres (18%) y, según el estudio, es voluntaria en mayores proporciones entre quienes tienen «dificultades» en las áreas de la salud, la economía, el desempleo o el de la discapacidad.
Asimismo, hay factores que, además de una mayor prevalencia, aumentan la probabilidad de sufrirla, como dificultades económicas, origen extranjero, salud mental, ser joven o estar en desempleo teniendo entre 30 y 54 años.
«Tener una salud muy mala, mala o regular implica una probabilidad tres veces mayor de sufrir soledad no deseada y vivir con un problema de salud mental, diagnosticado o no, en 2,4 veces», matizó, para advertir de que la prevalencia de la soledad no deseada es el doble entre las personas que viven solas que entre las que viven acompañadas (34,5% frente al 17,4%).
Por último, el 57,9% de la población piensa que son las ONG las instituciones que realizan «mayores esfuerzos» para combatirla, mientras el 47% piensa que es el Gobierno central el responsable de luchar contra ella.
La presidenta del Observatorio Estatal de la Soledad No Deseada (SoledadES), Matilde Fernández, se mostró convencida de que es el municipio, el entorno más cercano al ciudadano, el que debe «liderar la suma de las micropolíticas» para atajar esta problemática y que, a su juicio, «tienen que ver con hacer comunidad y barrio, un trabajo en la cercanía, apoyando y potenciando a quienes quieren hacer algo para combatirla».